FIESTAS RESPONSABLES CON EL FUTURO.
La luz se derramó
en los manteles limpios de la tarde.
La mesa estaba puesta,
caliente todavía el pan.
Permaneciste en pie
igual a ti
con el mismo ademán con que llegaras,
el de quien debe caminar.
Mas nos mirabas vacilante.
La misma luz tal vez te retenía.
Bebiste, dije, el vino claro
de nuestra íntima pobreza
y ahora
no podías partir.
Ángel
José Ángel Valente